enigma sn. martin

Los misterios y secretos detrás del héroe. José Francisco de San Martín , su vida en un enigma constante.


Episodio 6 (El Padrino: Parte 3). «Ud. es mi Compadre»

«Ud. es mi Compadre»

Por Eduardo Guidolín Antequera

No hay dos sin tres

En esta tercera etapa quiero contarte algo íntimo y profundamente humano de José de San Martín, algo que lo despega de las formalidades de los títulos oficiales y lo acerca al afecto genuino de sus vínculos más cercanos. Este nuevo título, al que llego tras observar con detalle y reflexionar sobre estos fragmentos de su vida, aparece escondido en documentos y papeles, como un testimonio sutil de compromisos y afectos que trascendían lo estrictamente formal. Es ahí, entre los gestos y las palabras de quienes formaron parte de su círculo íntimo, donde se revela otra faceta de San Martín.

En esos momentos de conexión, José no era solo el Libertador o el General; aquí, en una América tan rica en significados, se convierte en Compadre. Este rol, en nuestra tierra, va más allá de un padrinazgo tradicional: es un vínculo tejido con confianza, camaradería y respeto mutuo. Es, en esencia, un reflejo de la humanidad de un hombre que supo liderar no solo con su espada, sino también con su corazón.

No cualquiera se ganaba este lugar en la vida de San Martín. Este título era reservado para quienes compartían con él algo más que las gestas heroicas; lo recibían aquellos que formaban parte de su círculo más cercano, su refugio emocional y estratégico. Este lazo, íntimo y personal, vuelve a manifestarse en su querida Mendoza, tierra que lo acogió y que él aprendió a hacer suya, creando y adaptándose como un igual entre sus gentes.

Recordemos, como te conté antes (VER EPISODIO 4 Y 5- Parte 1 y 2) que fue padrino de dos niños de mundos completamente distintos: un español criollo y un niño pehuenche. Estos episodios no solo reflejan su rol de líder inclusivo y estratégico, sino también un hombre que supo construir puentes entre culturas y personas. En esta Mendoza de valores diversos y oportunidades únicas, San Martín no solo dejó huellas históricas, sino también personales, como este título, tan cercano y tan suyo: el de compadre.

«Según nuestra lengua materna»

https://dle.rae.es/compadre

Real Academia Española / Consulta : Diciembre 2024

Del lat. compăter, -tris.

1. m. Padrino de bautizo del hijo o del ahijado de una persona.

2. m. Padre del ahijado de una persona.

3. m. Padrino del hijo de una persona en el sacramento de la confirmación, según el rito católico.

4. m. coloq. Amigo o conocido. U. m. en vocat.amigo, conocido, compañero, camarada, compinche, amigote, mano2.

5. m. Arg. y Ur. compadrito U. t. c. adj. compadrito, compadrón.

6. m. desus. Protector, bienhechor.

Sinónimos o afines de compadre

  • padrino
  • amigocompañerocamaradacompinche
  • amigote, mano.
  • compadritocompadrón.

Tomando esta descripción, es evidente cómo San Martín asumió y adaptó el rol de padrino no solo como un acto formal, sino como un vínculo profundamente significativo en su entorno más cercano. Su relación con los compadres, y el hecho de ser reconocido como tal por sus amigos de mayor confianza, nos habla de un hombre que entendía y cultivaba estas conexiones desde una dimensión emocional y social.

Un documento fuente
siempre será importante

Uno de los documentos que pocas veces recibe atención —quizás hasta desconocido para muchos— se encuentra resguardado en el Archivo General de la Provincia de Mendoza (AGPM).En los protocolos de los escribanos de la época, se registraron diversos asuntos y situaciones relacionadas con el contexto histórico que te conté en el Episodio 4 – Parte 1 (si todavía no lo viste te dejo el link acá de nuevo:). Hoy quiero compartir con vos una pieza única: un registro fotográfico que he tenido el privilegio de realizar y que, creo, merece ser leído con detenimiento y explorado en profundidad.

Pero antes te digo que: ¡Yo a San Martín lo bajo del caballo!

“Al embarcarme en esta búsqueda como un verdadero buceador de documentos originales, siento que tengo la responsabilidad de mostrarte las fuentes. Es mi forma de acercarte al San Martín real, al hombre detrás del mito, para que podamos comprender juntos la riqueza y complejidad de su vida. Estos papeles antiguos nos invitan a analizar con lupa detalles que a menudo pasan desapercibidos, pero que esconden claves para entenderlo en toda su humanidad». Mira cuántos secretos pueden revelar estos documentos al ser expuestos y estudiados con atención. Nos permiten resignificar aspectos que, para muchos historiadores centrados en la figura de un San Martín icónico y estático, no entran en discusión. Aquí, en cambio, emergen conjeturas que nos ayudan a mirar más allá del bronce, hacia el hombre de carne y hueso que vivió, pensó y decidió en el mundo que lo rodeaba.”

Transcripción de documento f.122/ Protocolo Cristoval Barcala 1817-1818

El Exmo SorD.José de

Sn Martín Poder á D.Manuel

Igo.Molina para que sea Padrino

En la Ciudad de Mendoza en diez y seis díasdel mes de octubre de mil ochocientos diez y ocho, ante mi el escribano y pexsonas que se hallaron presentes: el Exmo. Señor D. José de  San Martín Capitan General y Gefe del exercito, de los Andes, dijo su ex~a: que deseando consolidar mas la estrechísima amistad que media entre su ex~a y los Señores:  D.n  Toribio de Luzuriaga Gobernador Intendente de esta Provincia, y su  esposa D.a Cabenago de Luzuriaga, y darles una prueba que lo acredite, les a prometido S. e. ser Padrino de agua y oleo del feto de que se halla actualmente en cinta dcha Señora, y como S.E. esta de próxima partida para el Reino de Chile, no puede personalmente concurrir á atan noble acto,y ha deliverado, para que tengan efecto, y se cumplan sus deseos, de unirse mas intimamente por medio de los vinculos de un paxentesco espiritual, a la gxande estimación que profesa a dchos Señores, confexir, como confiexe por el tinor de la presente poder especial y tan bastante como legalmente se xequiera, al Señor Regidor Alcalde Provincial D. Juan Fran.co Delgado, d. Manuel Ig. Molina para que a nombrar de S.e. sea Padrino de agua y oleo del Niño a Niña, que diese a luz, la refexida Señora D.a Josefa; pxacticando en vixtud de estas facultades, todos aquellos actos y cexemonias que se xequieran le competan, para la celebxación de tan Solemne Sacxamento, que desde ahora lo aprueba y xatifica  S.E. como por si mismo lo hubiese practicado. y lo firmo hallándose presente el Señor Coronel mayor D. Ilarion dela Quintana.- lo tut.do no vale= entre xeng. D. Manuel Igo. Molina= vale

José de San Martín

Antemi

Cristoval Baxcala

eno. De Cabo. y de Gobo.

Los detalles «siempre esconden detalles»

Al adentrarme en este documento tan singular, me encuentro con una confesión que deja al descubierto el lado más humano y cercano de José de San Martín. Entre las líneas cuidadosas trazadas por un escribano, emerge el momento en que el General se compromete a cumplir su promesa de convertirse en padrino del hijo o hija que estaba por venir. En aquellos tiempos, claro está, el sexo del bebé era un misterio hasta el instante mismo del nacimiento. Pero los detalles, como siempre, esconden detalles.

Octubre de 1818 fue un mes doloroso para San Martín y Remedios. La pérdida de un hijo tras un aborto espontáneo marcó sus vidas con una tristeza profunda, dejando cicatrices invisibles que, sin duda, avivaron en él un deseo quizá no confesado: el de tener un hijo varón. Es fácil imaginar que ese anhelo, aún vivo en su corazón, lo llevó a aceptar con especial sensibilidad que su futuro ahijado llevara el nombre de José de San Martín Luzuriaga, un gesto cargado de significado que ya hemos explorado.

Con la fertilidad imaginativa, puedo recrear esta escena: Josefa y Toribio, llenos de emoción, comunicándole al General y a Remedios expresando su deseo de que ellos fueran los padrinos del futuro bebé. Si el niño era varón, el homenaje parecía inevitable: lo llamarían José de San Martín. Un gesto elocuente que, quizás, habría despertado sentimientos encontrados en el General, tan poco dado a las demostraciones personales. Sin embargo, ese detalle escapaba a su control; lo que sí dependía de él era aceptar o no tan especial solicitud, y lo hizo.

Ahora bien, ¿y si el bebé hubiera sido una niña? Dejando que mi mente explore los “qué hubiera pasado si…”, no puedo evitar preguntarme: ¿habrían considerado el nombre de Remedios? Un homenaje igualmente significativo, que habría llevado consigo otra carga emocional, pero que, como tantos detalles en la historia, quedó suspendido en el aire de las posibilidades nunca concretadas.

La confesión ante el escribano Barcala

Lo que más me impacta del documento es cómo San Martín explica los motivos que lo llevan a dar su consentimiento. Ante el escribano Barcala, el General confiesa que esta decisión no es solo un formalismo, sino un gesto profundo para «consolidar su estrechísima amistad» con la pareja. En sus propias palabras, declara su intención de unirse «más íntimamente por medio de los vínculos de un parentesco espiritual». Es en este punto donde la figura del Libertador se entrelaza con la del compadre, reflejando un vínculo que trasciende lo protocolar.

Cuando me adentro en la historia de San Martín, siempre me asombra cómo su vida parece estar envuelta en una trama de misterios, detalles ocultos y decisiones que, aunque pragmáticas, suelen abrir más interrogantes que certezas. En esta ocasión, me encontré con un giro particularmente intrigante: la necesidad de que San Martín delegara un compromiso personal debido a su imposibilidad de estar presente. Y aun así, se aseguraba de cumplirlo, como si su palabra, lejos de ser un simple acto protocolar, fuese una prueba irrefutable de su honor y lealtad.

El primer nombre que aparece en los registros es el de Don Juan Francisco Delgado, quien ocupaba el rol de Regidor Alcalde. Sin embargo, lo curioso es que su nombre figura tachado, como si se hubiera decidido apartarlo del encargo. En su lugar, surge la figura de don Manuel Ignacio Molina, quien finalmente asume la representación legal para cumplir con aquel compromiso.

Y…otra vez ,otro Enigma

¿Por qué el cambio? ¿Qué llevó a San Martín a designar a un personaje y luego sustituirlo por otro? Estas preguntas no tienen respuestas claras, pero una vez más ponen de relieve el enigma que rodea cada decisión y movimiento en su mesa de ajedrez. No puedo evitar pensar que detrás de esta sustitución hay otro misterio, una pieza más del rompecabezas de su vida. Su capacidad de maniobra, su sentido del deber y, por qué no, su cálculo estratégico parecen estar presentes incluso en estos detalles.

Quizás nunca sepamos qué motivó este cambio, pero lo cierto es que no hace más que alimentar la fascinación por el hombre que, a pesar de los desafíos, supo cumplir sus promesas, incluso si tenía que hacerlo a través de otros.

De Compadre a Compadre

Quiero mostrarte, de su puño y letra, cómo él mismo acepta, con naturalidad y cercanía, que Toribio lo llamara «Compadre«. No solo fue padrino; además se convirtió en compadre.

La relación de José, con Josefa y Toribio

Desde Huaura, el 17 de diciembre de 1820, San Martín se comunicaba con Toribio y al despedirse le decía:

«He tenido carta de mi comadre, la que se halla buena, y lo mismo el niño. Adiós, mi querido compadre, es y será siempre su amigo»

José de Sn Martín.

DASM, Tomo X, pag. 311.

El 20 de noviembre de 1839, desde Buenos Aires, Toribio de Luzuriaga le escribía a San Martín una carta cargada de afecto y familiaridad. Desde el inicio, dejaba clara la cercanía entre ambos al dirigirse con estas palabras:

Comenzaba diciéndole: «Mi amado compadre y amigo».
Hacia el final de la carta, Toribio reafirmaba ese lazo especial al expresar:
«Considero a usted muy distraído con sus nietos; póngame usted a los pies de Merceditas; y recibiendo usted los respetos de su ahijado y expresivos recuerdos de Pepa que devuelve a usted, disponga siempre de su eterno amigo y viejo compadre,

Toribio de Luzuriaga.»

DASM, Tomo IX, pag.358,359.

«Todo conlcuye al fín, nada puede escapar»

En estos episodios que abarcan Padrino 1, 2 y 3, he querido mostrarte una faceta más humana de José de San Martín, esa que se despliega en los títulos que adoptó no solo desde la legalidad, sino desde un vínculo cercano, tejido con afecto y vivencias. Estos gestos, pequeños y grandes, no solo definieron su rol en la empresa libertadora, sino también en el día a día de su entorno, en ese cotidiano tan cargado de simbolismos. Hay tantas historias alrededor de él, y en muchas de ellas, si lo piensas bien, puedes verte reflejado.

Su vínculo con la legalidad, el rol del cabildo, la iglesia, y esa sensación de ser parte y a la vez instrumento, siempre estuvieron guiados por una convicción firme y una mirada puesta en el «después». Nada de lo que hizo el General fue improvisado, incluso sus errores generaron consecuencias que modelaron el futuro. Explorar su humanidad es fundamental para entender su accionar, su pensamiento y su sentir. Pero no basta con mirar los hechos en su literalidad; hay que observarlos con una mirada integral que permita captar el todo y, sobre todo, el trasfondo.

Padrino y Compadre: dos títulos que, más allá de lo anecdótico, nos hablan de su paso por Mendoza, de su control sobre la región y del profundo respeto que sentía hacia el sur, el territorio de «sus hermanos», los pueblos indígenas. San Martín fue estratega, leal, noble, justo y recto, herencias de un militar formado en los rigores de la guerra. Pero la vida, en su totalidad, lo moldeó de una manera más compleja. Fue hijo, esposo, padre, padrino. Fue hombre, atravesado por las emociones, capaz de sonreír ante el gesto de un bebé, de sentirse amado y de amar.

Reflexiones

Es difícil imaginar al General que nos han enseñado –ese hombre distante y casi inalcanzable– rendido ante las pasiones humanas. Pero allí estaba: emocionado, abrazando lo cotidiano sin renunciar a lo sublime. Supo administrar sus emociones y mantener ese equilibrio entre cercanía y respeto, pero no debemos olvidar que fue, ante todo, un hombre con errores y virtudes.

Su día a día debió ser más intenso de lo que cualquiera de nosotros puede concebir, casi como si hubiera vivido mil vidas. Aquí y allá, presente o ausente, dejó un trazo que resuena hasta nuestros días, dos siglos después. Y seguimos descubriendo. Siempre hay algo más, algo que el tiempo aún no ha logrado ocultar del todo.

Conclusiones

¿Lo tenías al General como padrino? Imaginate a un pibe de hoy, siendo Josecito Luzuriaga, diciendo con orgullo: «¿Sabés quién es mi padrino? ¡El General San Martín!». Y su amiguito, asombrado, respondiendo: «¡Manso!». Esa escena, tan simple y cercana, es el sueño que me mueve: humanizar a nuestro héroe, traerlo a un plano donde todos podamos conectarnos con él, desde lo cotidiano hasta lo trascendental.

Mi mayor anhelo, más allá de los saberes y las adaptaciones, es que San Martín sea más conocido por todos sus matices. Que los niños, los jóvenes y los adultos que solo saben lo que les enseñaron «en la escuela», sepan que el Gran Capitán no nació en la cima. Que peleó, luchó, compartió. Fue familia de, padrino de, amigo de, compadre de. No fue solo el hombre que ideó y ejecutó una de las misiones más ambiciosas de nuestra historia; fue un ser extraordinario, sí, pero forjado en las adversidades, templado por las experiencias y los desafíos de la vida. Supo aceptar, adaptarse, doblegarse cuando fue necesario, porque para él, el fin justificaba los medios. Hasta en su retiro mantuvo esa convicción.

El código San Martín sigue siendo un modelo por descubrir, no solo para formarnos como ciudadanos, sino también para explorarnos como personas. Su vida es una invitación a mirar hacia adentro, a reflexionar sobre nuestras propias capacidades, límites y principios.

Y como siempre, dejo una pregunta para la reflexión y tu búsqueda. Porque cada uno tiene su respuesta, y todas valen: ¿Creés que su vida fue fácil? Y si no lo fue, ¿estarías dispuesto a sacrificar tu cotidianeidad por una causa mayor?

EXTRA ,EXTRA, EXTRA!

Debo decirte algo más de la sociabilización y las tradiciones sino mi conciencia no estaría tranquila

En nuestro idioma, el término se vincula directamente con la tradición católica, donde «compadre» designa la relación entre el padre del bautizado o bautizada y el padrino. Ambos son «compadres» en este contexto. Sin embargo, en el lenguaje cuyano, este título trasciende las formalidades religiosas, extendiéndose a las personas que merecen afecto y respeto, esos amigos invaluables que no necesariamente tienen un vínculo bautismal ni comparten la fe católica. Es importante destacar esto porque, aunque el término conserva su raíz religiosa, forma parte de expresiones tradicionales populares vigentes que muchos desconocen. En otras palabras, aquí la iglesia interviene a veces, pero la religión no define completamente el significado; compadre es un concepto más amplio. En Cuyo, y especialmente en Mendoza, compadre tiene una significación profunda. Connota aspectos que trascienden liturgias o formalidades, integrándose plenamente a la cultura popular. Este modismo sigue vivo, expresado en miles de canciones y géneros identitarios de la región, como la cueca cuyana, el gato cuyano, el vals y la honorífica tonada cuyana. También está presente en festejos populares como peñas, fiestas tradicionales y la reconocida Vendimia.

Reflejos de la Cultura: El Día del Compadre

En lo compositivo y autoral, el compadre encuentra su más profundo homenaje en Mendoza con la conmemoración del Día del Compadre, celebrado cada 23 de mayo. Esta fecha rinde tributo al natalicio de uno de los poetas más prolíficos y emblemáticos de la región cuyana: Don Félix Dardo Palorma, un verdadero referente cultural que supo plasmar en sus obras la esencia y las tradiciones de estas tierras.

El concepto de Compadre también se refleja en la literatura, en cuentos, leyendas y relatos que retratan el espíritu de Cuyo, como en El crimen del rastreador, de Juan Dragui Lucero (Cuentos del interior, Ediciones Colihue, 1982).

Más allá de los marcos institucionales, el compadre vive en lo cotidiano: desde una farra improvisada hasta el saludo afectuoso de un amigo que exclama: «¡Eh, compadre! ¡Tanto tiempo! ¿Cómo está usted?» En las tierras de Cuyo, compadre es afecto, respeto y vínculo, un reflejo vivo de la cultura popular que sigue dejando huella en las tradiciones cuyanas.

PERO ACA VIENE LA CUESTIÓN

Palorma, como figura y como lo que representa en el imaginario cuyano, es indiscutible. Su obra, su legado y su vínculo con esta tierra son esenciales para comprender una parte de nuestra identidad cultural. Sin embargo, no puedo evitar pensar que el compadre de Cuyo, o incluso de Argentina, podría ser otro, ¿QUIÉN? SI, ADIVINASTE! Después de todo lo expuesto y su título de Padrino y Compadre, me es inevitable cuyanizarlo. Te doy otro dato más: San Martín, también tocaba la guitarra, y si no has venido a Cuyo, déjame contarte algo: aquí están los mejores guitarristas de Argentina. Esa cuna musical es otro de los legados que compartimos.

E imagino, siempre imagino… En este contexto de compadre, con todo lo que esa palabra significa, visualizo al General en un momento de calma, escuchando una tonada cuyana, recibiendo un cogollo en su honor. Y él, con esa humildad tan suya, levantando la copa y diciendo: «¡Salud, Compadre!».

No olvides que te estoy escribiendo desde la tierra del sol, del buen vino, y desde ahora del nuevo título que le otorgo a San Martín, el Compadre de Cuyo. Aquí, te dejo como un homenaje que seguramente habrá recibido San Martín en vida, en esta tierra que tanto amó, una tonada en la voz de Félix, para que la disfrutes.

Tonada «Al cimbrar de la vida»

(Felix Dardo Palorma)

“Dios recibe a los buenos Compadre, y no la descarnada. Cuando deje este infierno Compadre, llevaré esta Tonada”.



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