«La batalla invisible: San Martín, Belgrano y la chispa de la máquina galvánica»
Por Eduardo Guidolín Antequera
La salud fue una batalla silenciosa que José de San Martín libró día a día. Entre sus cartas y recuerdos, surge la figura de Manuel Belgrano, no solo como estratega de la independencia, sino también como consejero preocupado, recomendándole cuidados para su recuperación. En el trasfondo, late un siglo XIX que empezaba a abrazar los avances de la tecnología, la ciencia y la medicina, donde artefactos como la «máquina galvánica» prometían alivio y curas.
San Martín y Belgrano coincidieron poco en el tiempo, pero lo suficiente para reconocerse en la causa y en la grandeza del otro. Uno, abogado; el otro, militar. Uno, precursor del ideario nacional; el otro, libertador continental. Los unió un vínculo breve, pero lleno de respeto, afecto y códigos compartidos.
En este mes sanmartiniano, propongo mirarlos desde otro ángulo: no solo como próceres, sino como hombres. Con aciertos e improvisaciones, astucia y audacia. Creadores de soluciones cuando no había recursos, capaces de valerse de todo lo que la época les ofrecía, incluso de tecnologías poco comunes. Entre ellas, la máquina galvánica: una curiosa aliada que, más que un instrumento médico, se convirtió en símbolo de ingenio y supervivencia para uno de los hombres más importantes de la américa, recomendado por otro de los hombres más valiosos de nuestra historia.
Entre líneas, en los consejos que se daban y en las peticiones que se confiaban, late una parte de la historia que solo sus cartas guardan. Vení, caminemos juntos sus días, atravesemos sus dificultades y descubramos las experiencias que compartieron José y Manuel.
La Carta de San Martín
Carta del General en Jefe de los Ejércitos Unidos, Coronel Mayor José de San Martín, al General en Jefe del Ejército Auxiliar del Perú, Brigadier Manuel Belgrano, en la cual se ocupa de sus planes sobre el Perú y solicita la opinión de éste para variarlos si fuera necesario; se refiere a la compra de fragatas en Estados Unidos y al proyecto de Belgrano sobre la publicación de un diario militar, para el que suscribe al ejército con 100 ejemplares. Santiago de Chile, 20 de agosto de 1817.
De entre todos los temas que recorre este documento, pondremos el foco en aquel que nos convoca en este análisis: la temática que, por su peso y significado, merece detenernos un instante más.
«Sigo mortificado con mis achaques – pero no hay otro advitrio q.e trabajar hasta q.e ([se]) demos fin a nuestra grande obra.»
De este fragmento podemos ver la afirmación de las dolencias de San Martín, y la frase plural de NUESTRA GRANDE OBRA!
El documento me fue facilitado por la fundidora tipográfica «Leyenda Type» (https://www.leyendatype.com/), con quienes venimos trabajando en la búsqueda de un verdadero tesoro: la caligrafía y los modismos del General San Martín al escribir. ¡Sí, esta es su letra!
La respuesta de Manuel
Carta del General en Jefe del Ejército Auxiliar del Perú, Brigadier Manuel Belgrano, al General en Jefe de los Ejércitos Unidos, Coronel Mayor José de San Martín, donde expresa conceptos sobre las fuerzas necesarias para el ataque a Lima y desembarco en puertos peruanos, y se refiere a las tropas que comanda, al envío gratuito de 100 ejemplares del Diario Militar y a una carta de Rivadavia con referencias al triunfo de Chacabuco. Tucumán, 26 de septiembre de 1817.
En estos párrafos, Manuel le da a entender, desde su lugar de H. (Hermano de la Logia), de compañero de armas, de amigo y de ciudadano americano —ya nombrando la Patria Grande—, que está involucrado con la gran causa, que debe cuidarse, y cuán importante es su rol en esta obra magnánima.
Una más de Manuel
Carta del General en Jefe del Ejército Auxiliar del Perú, Brigadier Manuel Belgrano, al General en Jefe de los Ejércitos Unidos, Coronel Mayor José de San Martín, con la que acusa recibo de cien ejemplares sobre instrucciones para el servicio interno de los cuerpos, haciendo notar la falta de libros sobre asuntos militares; se refiere al carácter de los compatriotas y a la permanencia de los enemigos en Abra Pampa. Tucumán, 26 de septiembre de 1817.
El dato
Manuel le da la indicación del temblor de la mano (temblor escencial) que lo aquejó a San Martín durante toda su vida. Pero el dato que resuena es «galvanizar».
Los temblores en imágenes
El otro daguerrotipo

Un dato revelador de esta afección se encuentra en el que habría sido el primer o segundo daguerrotipo de San Martín —pieza hoy perdida, extraviada o, vaya uno a saber, desaparecida por otros motivos—. En aquel registro, ya se advertía la presencia de la enfermedad que lo acompañó durante toda su vida. Si observas detenidamente las imágenes que sí han llegado hasta nosotros, notarás un detalle: su mano, recordamos, descansa dentro de la levita. No es casualidad. Más allá de los modismos de la época para posar, este gesto tenía un significado especial en un hombre como San Martín, tras esta afección.
La firma temblorosa

Poder otorgado a Tomasa Quintana de Escalada para representar a Remedios Escalada de San Martín como Madrina en Bautismo y Oleo, en la Provincia de Buenos Aires. 10 de Octubre de 1818 (fotografía de autor).
En el registro del escribano Cristóbal Barcala (Protocolo 176- 1818,fs.112), , se registra uno de los pocos documentos donde comparten firma Remedios de Escalada y José de San Martín. Fijate la firma del General, y detectarás la dolencia de su escritura.

La ciencia en función de la salud, a través del consejo de Manuel
Carta del General en Jefe del Ejército Auxiliar del Perú, Brigadier Manuel Belgrano, al General en Jefe de los Ejércitos Unidos, Coronel Mayor José de San Martín, donde se ocupa de la salud del segundo y de la permanencia en Chile del Brigadier González Balcarce; de reclutas; reimpresión de números del diario militar; persecución de realistas en diversos puntos; acciones libradas por el Coronel graduado Aráoz de La Madrid; próximas operaciones de los enemigos y de las fuerzas que él mismo comanda. Tucumán, 24 de octubre de 1817.
En la introducción de esta carta le dice:
Alesandro Volta y Luigi Galvani

La pila voltaica, inventada por Alessandro Volta en 1800, fue el primer dispositivo capaz de suministrar electricidad de forma continua. Surgió del debate entre Volta y Luigi Galvani, quien defendía la existencia de “electricidad animal” observada en experimentos con ranas. Volta, en cambio, propuso la “electricidad metálica”, demostrando que la electricidad se producía por el contacto de dos metales distintos separados por un material húmedo.
La pila estaba formada por discos alternos de zinc y cobre, separados por cartón o tela empapada en salmuera o vinagre. Variando el número de celdas, se podía ajustar la cantidad de electricidad. También creó una versión con copas de vino (“corona de copas”), menos práctica que la pila en forma de disco.
En 1801, Volta presentó su invento a Napoleón, quien lo nombró conde. La pila se difundió rápidamente y permitió descubrimientos como la electrólisis del agua, iniciando la electroquímica.
Aunque presentaba problemas —peso excesivo, corrosión de metales y vida útil limitada— fue la base para el desarrollo de las baterías modernas, presentes hoy en infinidad de dispositivos.
Veáse: https://www.muyinteresante.com/ciencia/65253.html.
https://nationalmaglab.org/magnet-academy/history-of-electricity-magnetism/museum/voltaic-pile-1800/
Conclusiones y Reflexión
A través de estos textos he querido que recorramos juntos los detalles que esconden otros detalles. Es como abrir una puerta que conduce a nuevas expresiones de una historia que, a simple vista, parece tener una sola interpretación, pero que en sus pliegues revela múltiples sentidos. En lo particular, en lo mínimo, pudiste observar lo demás. Es como poner una lupa sobre cada imagen, sobre cada instante.
Elegí tomar a Manuel, con todo lo que implica, en un trato que va más allá de la camaradería: lo humano, el respeto, la convicción profunda de la misión sanmartiniana. Me queda la sensación de una amistad sincera que traspasaba los grados militares. En sus escritos convivían la admiración y el respeto, pero también la política, las decisiones, la salud, la ciencia, la tecnología, el libre pensamiento, la formación, el valor, la introspección, el cálculo, la apertura, la filosofía y la historia. Y en lo más hondo, ambos estaban escribiendo historia para la historia venidera.
La salud de San Martín siempre fue su talón de Aquiles. Lo aquejó, lo persiguió, lo llevó demasiadas veces a las puertas del sepulcro. Sin embargo, siempre estuvo cuidado y amparado: por la medicina de su tiempo, por la evolución del conocimiento, por las hierbas naturales, por los facultativos que lo asistieron y, sobre todo, por la gloria del destino que lo empujaba a cumplir la hazaña de la libertad. Allí podemos imaginar ese “plus”, esa energía misteriosa que le concedió la vida misma.
Pensar que en 1800 se ideara una máquina medicinal para el tratamiento de los temblores esenciales, y descubrir que de ese intento brotó, entre otras cosas, el origen de la corriente continua —la misma “d.c.” que hoy conocemos— y de la pila, me obliga a replantear los procesos evolutivos del conocimiento «que nos enseñan». Procesos que muchas veces se despegan de la historia cercana, pero que cobran cuerpo en figuras como Manuel y José. Uso sus nombres, y no el peso de sus apellidos porque me resultan cercanos, como ellos mismos se sentían.
La lectura es uno de los caminos del aprendizaje. Algunos me dicen «che es muy largo lo que escribís». Y como queres aprender entonces? Con resúmenes de internet, posteos de Instagram o datos de IA solamente? Aún FALTA tela por cortar.Leer, leer, y leer os hará libre, dijo el Profeta!.
La maduración del conocimiento se da —y se seguirá dando— en la búsqueda constante y en las nuevas posturas que descubrimos en los detalles de la información. Hoy se conmemora un nuevo aniversario del Paso a la Inmortalidad de José de San Martín. Hago otro paréntesis, de la critica constructiva (ja) » Che vos empezás hablando de una cosa y después decís otra», me han solido decir de mis escritos. Quiero comunicar (te) que soy Sanmartiniano, y eso es un código abierto que se actualiza todo el tiempo. Por eso HOY, en esta ocasión quise hablar de otras cosas, distintas a las que seguramente leerás en estos días, y darle un lugar a otro hombre fundamental: Manuel Belgrano.
A veces me pregunto: ¿qué pasó con Manuel? ¿Por qué no se lo valora tanto como a San Martín? El “mes belgraniano”, sus fechas, sus gestas, no tienen el mismo peso simbólico que las de “San Ma”. Y sin dudarlo, Belgrano está a su altura. En el pensamiento sanmartiniano, su nombre resonó y resonará siempre, porque ambos fueron piezas indispensables de la máquina de la libertad y de las bases de nuestra sociedad y de nuestra América.
En sus cartas hablan de su presente, de los cambios que podían impulsar y de lo que soñaban para el futuro. Pero es el pasado lo que los motivaba a ser quienes fueron en esos momentos decisivos de transformación. Por eso, querido lector, para avanzar hacia adelante a veces es necesario mirar hacia atrás, comprender, y desde allí, en un «Presente Vívido» decidir lo mejor para nuestro futuro. Eso me lo enseñaron, entre tantas otras cosas, estos dos hombres con su pensamiento, y sus acciones.
Hoy es 17 de agosto: ¿es el día del Paso a la Inmortalidad de qué? Te dejo una pregunta más… Si es así, ¿por qué crees que San Martín aún vive en millones de personas?
Yo creo que no se trata solo de historia, anécdotas, sucesos o efemérides. Hay algo más.
¿Ya te diste cuenta qué es?
Mi agradecimiento de siempre por acompañarme nuevamente, un abrazo.





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